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sábado, 10 de agosto de 2019

Marcha montañera y fiesta medieval

Quinta crónica desde el albergue de veteranos.

En la montaña palentina por Fuente del Cobre, y retorno a la Edad Media en Frias.


Allí se quiso fotografiar con nosotros un caballero medieval, que había sido antiguo miembro de la OJE.

En la montaña palentina

Empezamos con la crónica montañera de este 9 de agosto: los tres de la fama inician la marcha hacia la Fuente del Cobre (teórico nacimiento del Pisuerga) a hora temprana y bajo una insistente lluvia; alcanzan su objetivo, tras hora y tres cuartos de emular aquello de Cantando bajo la lluvia…; se procuran secar algo en la caverna y, tras un frugal desayuno, inician el camino de regreso a Santa María de Redondo, de donde han iniciado el recorrido circular.

A la hora de comer, se encuentran con el grueso de los veteranos (sin señalar), y la comida de camaradería en el parque de Cervera solo se ve mermada por el despiste de quienes han dejado algunas bolsas de pícnic en el albergue; claro que, a la hora de la verdad, no falta comida para todos, ni buen vino, ni alegría.

La jornada ha sido dura en kilometraje y en andaduras; de forma que la actividad nocturna se limita a una buena e improvisada tertulia tras la cena.

Retorno a la Edad Media. 

No, no es que nosotros seamos tan viejos, sino que, hoy sábado, día 10, hemos asistido a una fiesta medieval, con su correspondiente mercadillo, en la localidad de Frías, que preside su impresionante castillo colgado de una roca sobre las casas. Aunque algunos ya conocíamos la zona, subir a la torre del homenaje es una gozada, pues la vista es impresionante; callejear por sus empinadas rúas empedradas y, en este día, asistir al espectáculo de los bailes infantiles, con melodías de tamboril y pito castellano, y de una graciosa muñeca que danzaba pendiente de unos supuestos hilos de marioneta…

Allí se quiso fotografiar con nosotros un caballero medieval, que había sido antiguo miembro de la OJE, y un visitante, también antiguo miembro, nos pidió direcciones de correo y teléfonos para reanudar sus recorridos juveniles. ¡Cuántos españoles están en idéntica situación, es decir, mantener en su memoria unas vivencias y en su corazón unos ideales!

Por la tarde, ya metidos en faena, visitamos Oña, con su antiguo manicomio (entradas separadas de locos y de cuerdos), su monasterio y sus entornos bellísimos; lástima que este año no podemos asistir a la representación del Cronicón de Oña, pues han retrasado las fechas del espectáculo. Esta noche hemos departido en interesante tertulia.

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