
Vida y milagros de un albergue por tierras astures
Parece ser, que va a ser, y que está siendo cierto, eso de que algunas historias tienen segunda parte. Esto viene a cuento, querido y anónimo lector, que este relator, a pesar de los pesares, y de todo cuanto contratiempo ha tenido que afrontar, sigue aquí, incólume, con unos días más sobre las costillas -loado sea el Señor-, pero con espíritu firme y la pluma -o mejor dicho, con dedos prestos.
Esta segunda entrega tiene como hechos reseñables, y que el pudor y buenas formas aconsejan publicar para el buen saber y mejor gobierno de aquellos interesados en los quehaceres de estos desterrados voluntarios transitorios por tierras de Asturias.

Día 3
La tercera jornada se inicia con los preparativos de la visita al museo de Covadonga, uno de los cuales merece destacar por la observación en “petit comité” que realiza Titín acerca de los aromas que desprende Uba, al ser cazado “in fraganti” echándose una buena rociada de agua de colonia. La noticia, lejos de ser comentada entre los expedicionarios, es guardada en sepulcral secreto, aunque el sorprendido informador tiene la gentileza de aclarar a los informandos, que la razón, la única razón capaz de justificar tamaña acción es debida la pérdida de “sex-appeal” por parte del perfumando, para tratar de atraer la atención y despertar ciertos instintos en Mari Carmen, su “contraria”, ergo su amantísima y leal esposa.
En la plaza de la basílica se une el camarada José María Tuñón Aza, desplazado desde su natal Oviedo, que nos acompañará en la visita y posteriormente, en su calidad de estudioso e historiador, participará en una charla-coloquio sobre una parte de la historia de España.
Al concluir la visita, Eugenio se reencuentra con una joven periodista del diario “La Nueva España” de Oviedo a quien encuentra horas atrás en la casa de Ejercicios, que es lugar donde las monjitas preparan y sirven el condumio diario, danósle hoy. La moza en cuestión venía a ejercer la profesión, deseosa de entrevistar a unos sacerdotes misioneros que ejercen su ministerio por tierras de Hispanoamérica, quienes, al igual que los Veteranos de la OJE, hacen aquí su reunión anual.
Reconocido Eugenio, y saludado por la moza, es preguntado acerca del distintivo de su camisa y del acrónimo que luce bajo el mismo. Responde aquél que es de la OJE, aclarando, por su hubiese dudas, su pertenencia al sector “senior”, (que nunca está de más aclarar las cosas y no sumir al personal en una eterna y desgarradora duda) ¿Será? ¿qué no será?, etc.
Pues hétenos aquí que cuando el veterano iniciaba una didáctica breve y concisa que fuese comprensible a la intrépida reportera, aparece Manolo Parra, quien es inmediatamente invitado a ejercer su magisterio ante la periodista. Tras unos veinte minutos de exposición, incluida introducción al tema y el correspondiente capítulo de pregunta-respuesta y las oportunas anotaciones en su cuaderno, el grupo expedicionario es invitado por la susodicha a posar para una breve sesión fotográfica y como emotivo colofón al inopinado encuentro.
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Foto tomada por la periodista y obtenida a través del diario![]() |
El resultado es una foto con un breve comentario informativo sobre el anual encuentro de los Veteranos de OJE, publicado en la página 9 del periódico La Nueva España el jueves 4 de agosto de 2016.
Al día siguiente la expedición encaminó sus vehículos y pasos a la vecina Ribadesella para visitar el museo dedicado a la cueva de Tito Bustillo, joya de la espeleología descubierta accidentalmente por Tito y sus compañeros en el ya lejano año de 1968. Una parte del grupo giró visita a la Cuevona, otra de las maravillas de la Naturaleza que toma forma de gruta cárstica con una espectacular bóveda iluminada por la luz natural, que dota de especial encanto a tanta estalactita y estalagmita tras doce mil años de paciente deposición del carbonato cálcico disuelto en agua.
La actividad de tarde tuvo un doble enfoque. Por un lado, un reducido grupo, desafiando a una inclemente lluvia se dirige a Cabrales para visitar la Cueva del Queso y degustar el producto estrella de la comarca. Pero la incompatibilidad de horarios entre las horas de visita, la duración de la misma y la distancia a recorrer para regresar a Covadonga, fuerzan a desistir del intento y retornar al albergue. Mas, la apetencia de queso, la imperiosa necesidad de recuperar los niveles hídricos, muy a pesar del aguacero, aconsejan hacer un alto en una aldehuela donde satisfacer las muy vitales, y por tanto, comprensibles necesidades de los viajeros. Y este relator es fedatario que dichas perentoriedades fueron frugalmente colmadas.
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| Cueva de Tito Bustillo |
Antes de la cena asistieron a un concierto de órgano en la colegiata, y más concretamente, en la capilla de San Fernando. Allí, el organista de la basílica, con un instrumento del siglo XVIII, interpretó obras de música barroca escritas por Bach, Caccipoli, Ignacio Echevarría y John Stanley.
Cerró la jornada con la preparación de la actividad del día siguiente, a realizar una marcha por la Ruta del Cares, y con un fuego de albergue, tras lo cual, los cuatro inquebrantables e inasequibles al desaliento del dominó midieron por segunda vez sus fuerzas y debilidades. El resultado parcial, por el momento arroja el resultado siguiente: Jesús-Antonio 0, Maonolo-Uba 2. No hay que lamentar víctimas.
Puede ser que podamos seguir informando… puede.
Con Dios.




