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viernes, 1 de enero de 2016

Afirmación y ejemplo




Los actuales veteranos de 
la OJE (...) serviremos de 
ejemplo a quienes vienen 
detrás y viven otros 
entusiasmos juveniles en 
los que deberá prevalecer 
la Idea, lo esencial, esa que, 
más que sobrevivir al nivel 
del suelo que pisamos, se 
alza a través de las estrellas.

EditorialTrocha nº 166. Enero 2016

En estos tiempos de indecisiones e inseguridades, en los que muchos españoles desconfían de su condición de tales y muchos otros europeos dudan de nuestra capacidad para gobernarnos, nuestro mensaje para el nuevo año no debe adquirir tintes partidistas o, si se quiere, políticos (así, con minúscula). Pero sí Políticos (con inicial mayúscula), porque debemos poner los ojos, no en lo contingente, sino en lo esencial; ya dijo el poeta aquello de “no hay mal que cien años dure…”, mas otro poeta anterior afirmó “acudamos a lo eterno…”. No podemos poner nuestras esperanzas y nuestras expectativas en lo que, por su propia naturaleza, es efímero, sino en lo que es perenne; no en las líneas sinuosas, zigzagueantes, curvas, incluso aparentemente rectilíneas, porque sabemos que la distancia más corta entre dos puntos es la que pasa por las estrellas”.

Mucho hemos dialogado los veteranos al respecto, y lo seguiremos haciendo cada viernes y en cuanto tengamos ocasión; nuestras improvisadas tertulias o roldes son una manera de aprender todos de todos, de confrontar opiniones, pero  siempre ha de prevalecer la mira en lo que para todos es esencial, que tiene nombre propio: España, a la que nunca perdemos de vista.

Y, en nuestra particular tradición, tenemos abundantes ejemplos, esos de quienes hemos aprendido y con quien en este pasado mes de diciembre hemos compartido actividades: nuestros mayores de la Hermandad, fieles a sus ideales más allá del tiempo concreto de una juventud y de un entusiasmo, que también fueron en parte efímeros. A los actuales veteranos de la OJE no nos está permitido caer en el desánimo, pues, a nuestra vez, serviremos de ejemplo a quienes vienen detrás y viven otros entusiasmos juveniles en los que, asimismo, deberá prevalecer la Idea, lo esencial, esa que, más que sobrevivir al nivel del suelo que pisamos, se alza a través de las estrellas.