Conversaciones con un guía de hoy
––Así, de sopetón y con esta entrada, me asustas; ¿de qué se trata?
He notado que algunos camaradas se han tomado como norma de sus vidas aquello que aprendí en mis clases de Literatura en el Instituto: el “carpe diem”, es decir, “vive el momento”, sin asumir consecuencias y responsabilidades; el momento y nada más.
––Ya sé lo que significa carpe diem… ¿Y en qué lo has notado?
Un día no muy lejano
hablamos de la dificultad
de llevar nuestra
pedagogía de la OJE en
un ambiente como el
actual, porque representa
nadar contracorriente...
Debes ser constante y no
darte por vencido; decía
el maestro Eugenio d'Ors
que muchas veces educar
es como predicar en el
desierto, pero que al cabo
del tiempo, la siembra da
fruto y los educandos
–en tu caso, los afiliados–caen en la cuenta y lo asumen en su conducta.
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Verás: cuando asisten a las actividades lo pasan bien, las disfrutan, pero, para ellos, no son más que “momentos concretos”, sin continuidad ni repercusión en el futuro, sin interiorizar para nada lo que se pueda desprender de las actividades, sin atender a lo que se nos decía en los cursos de mandos: su valoración formativa; y, luego, a lo mejor dejan de asistir durante una temporada a otras actividades, no tienen continuidad…
––Creo que has dado con un aspecto clave de muchos jóvenes de hoy; claro que para eso está tu papel de dirigente: recapitular y sintetizar enseñanzas de cada actividad bien llevada, y seguir incentivando para la asistencia…
––Creo que has dado con un aspecto clave de muchos jóvenes de hoy; claro que para eso está tu papel de dirigente: recapitular y sintetizar enseñanzas de cada actividad bien llevada, y seguir incentivando para la asistencia…
Sí, todo eso ya lo hago, por supuesto. Pero a veces me parece que cae en saco roto, porque, por lo que he observado, su presencia en las actividades –y en la propia Organización– es solo para pasarlo bien en algunos momentos… cuando quieren asistir; parece que su lema sea “vivir feliz”, hacer “lo que el pide el cuerpo” en cada instante… Y tengo verdaderos problemas para tratar de crear un ambiente de compromiso, disciplina y puntualidad.
––Esa característica de esos afiliados es un mal endémico de esta sociedad y de esta tiempo: no existen para algunos valores absolutos, categorías permanentes de razón, ni perseverancia; todo se resuelve en un relativismo completo (todo vale igual) y en el individualismo (si me satisface a mí, bien…).
Sí, porque más responder al “Vale Quien Sirve”, esa actitud equivale a “Vale solo lo que me gusta ahora”…
––Es cierto, y triste. Un día no muy lejano hablamos de la dificultad de llevar nuestra pedagogía de la OJE en un ambiente como el actual, porque representa nadar contra corriente…
¡Y lo estoy comprobando no sabes cómo…!
––Debes ser constante y no darte por vencido; decía el maestro Eugenio d´Ors que muchas veces educar es como predicar en el desierto, como san Juan Bautista, pero que, al cabo del tiempo, la siembra da fruto y los educandos –en tu caso, los afiliados– caen en la cuenta y lo asumen en su conducta.
De acuerdo, pero es que me da la impresión de que, más que crecer como personas, formarse, tratan de asimilarse a los demás, a lo que se lleva; su máxima aspiración es “ser como todo el mundo”.
––Claro, porque hace falta tener una personalidad algo formada para escapar del impulso de gregarismo que predomina. ¡Otro aspecto importante que tienes a tu cargo!
Ello implica que los he de formar en la “cultura” del esfuerzo y de la voluntad…
––Exacto. Y ya que hemos empezado hablando del tópico literario del carpe diem, permíteme que siga con otros mitos clásicos: por ejemplo, el de Prometeo, el que desafió a los dioses (entiéndase los poderes establecidos, lo políticamente correcto de su época) para traer el fuego a los hombres; o el de Sísifo, condenado a repetir siempre una acción baldía, sin resultados; o el de Narciso, enamorado de sí mismo, lo que le causó la muerte; o el de Dionisios, el dios de las juergas y del instinto desatado… Estos dos últimos sirven muy bien para definir a algunos jóvenes de hoy). ¿Cuál te parece que se ajusta más a tu papel de educador de la OJE y a lo que quieres conseguir de tus afiliados?
Por supuesto, me quedo con el de Prometeo…
––Y yo también. Por eso sigo en la línea que me enseñaron… Y, ahora, a tu lado.
Texto publicado en el boletín nº 170 de Trocha, de Mayo de 2016

