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martes, 12 de abril de 2016

Sin error ni omisión

Conversaciones con un guía de hoy


Esta Semana Santa he dirigido un campamento de mi Hogar, en colaboración con el del pueblo de… ¡Por cierto, que no has venido a visitarnos!
––Tenía noticia de la actividad, pero mis obligaciones familiares me lo impidieron… Estaba en la otra punta de España. Si hubiera podido, te habría hecho una visita…corta, porque no me gusta molestar… Y no me repitas eso de que nunca molesto, porque ¿qué pinta un mayorzote como yo en una actividad juvenil? Pero, volviendo a lo importante, ¿cómo te fue la actividad?

Muy bien, pero tuve que debatir con algunos mandos de ese pueblo. Verás: eran reacios a que se hablara en el campamento de la Semana Santa, dentro del plan formativo, a que se hiciera la bendición de la mesa… Hasta llegaron a cuestionarme que se hicieran los actos solemnes de izar y arriar las banderas.

La OJE tiene su ideario
propia, como la tienen
otros, y ese Ideario la
distingue; debemos, creo,
mantenerlo, a costa de
perder nuestra
personalidad y diluirnos
en la masificación y la
vulgaridad.
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Claro que hay también
personas llenas de
complejos de inferioridad
y de miedos de al qué
dirán... Pero la OJE queda
bien definida por su
Promesa y por su Usía.
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––Es una fruta del tiempo… Posiblemente, en estos mandos no ha calado suficientemente el Ideario de la OJE o lo desconocen por completo; y, claro, dicen lo que se repite continuamente en otros grupos y asociaciones, lo que está más de moda…

Llegaron a decirme que hay que silenciar, omitir, los temas que puedan ser profundos o controvertidos; que mejor no tocarlos para evitar situaciones difíciles; que algún padre puede luego decir…
––¡Qué gran error! Dentro del marco de una sociedad plural, cada persona y cada entidad es libre –mejor dicho, tiene el derecho- de expresar sus ideas, siempre que no vayan en contra del ordenamiento común. La OJE tiene su ideario propia, como lo tienen otros, y ese Ideario la distingue; debemos, creo, mantenerlo, a costa de perder nuestra personalidad y diluirnos en la masificación y la vulgaridad. Como la afiliación es voluntaria, toda persona es libre de elegir estos valores u otros; en este último caso –que debe respetarse- hay multitud de asociaciones distintas a la nuestra; que vayan a ellas y se encontrarán a gusto… Claro que hay también personas llenas de complejos de inferioridad y de miedos al qué dirán… Pero la OJE queda bien definida por su Promesa y por su Usía, y no hay que darle vueltas. ¿Y cómo terminó la cosa?

Pues… ¡los convencí! Les hice ver, en primer lugar, todo eso que tú me has dicho y, también, lo felices que estaban los afiliados con nuestros rituales y cómo seguían atentamente nuestras palabras y nuestros ejemplos.
––¡Te felicito!  Y, así, ¿fue un auténtico campamento de Semana Santa?

Total, y excelente. Recibí una visita de un Dirigente Nacional, que me felicitó por cómo había llevado las cosas…
––Eso también es importante: que sepas que los máximos educadores de la OJE comparten, como no podía ser menos, estos planteamientos. Porque no se trata de unas vacaciones de primavera, ni la Navidad es la celebración de las vacaciones de invierno, como dicen los cursis y las agencias de viajes; mantente firme en los valores siempre y no dejes de comunicarlos a propios y extraños; menos, a los afiliados, ante los que tenemos el deber de educar y de ser consecuentes con nosotros mismos.

Texto publicado en el boletín nº 169 de Trocha, de Abril de 2016