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jueves, 31 de marzo de 2016

Montserrat - El Pilar

Retazos de nuestra historia
Entrada de la Marcha en el recinto del monasterio de Monteserrat


Marcha-Peregrinación Nacional Mariana, 1966.

Texto publicado en la revista Mástil

Durante los días 21 de agosto al 9 de septiembre, más de un centenar de afiliados de la OJE, procedentes y representantes de todas las provincias, a través de 347 kilómetros y en un total de veinte jornadas, han realizado la Marcha-Peregrinación Nacional Mariana, que se inició en el Santuario de la Santísima Virgen de Montserrat, para finalizar en la basílica de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza, tras recorrer 285 kilómetros a pie, con una media por etapa de 19 km, y 62 km en autocar desde Barcelona (donde se concentraron) hasta Montserrat. En resumen, han sido trece etapas a pie y una en autocar y a pie, con seis jornadas de descanso.


Se siguió el siguiente  
itinerario: Barcelona -  
Igualada - Santa Coloma  
de Queralt - Sarreal -  
Poblet - Borjas Blancas -  
Lérida - Alcarrás - Fraga -  
Candasnos - Bujaraloz -  
Pina de Ebro - El Burgo de  
Ebro - Zaragoza.  
Se caminó, por tanto, a  
través de cinco provincias:  
Barcelona, Tarragona,  
Lérida, Huesca y Zaragoza  


La finalidad de esta marcha fue, de una parte, rendir homenaje de amor filial de la juventud española a la Santísima Virgen María, y, de otra, posibilitar la convivencia entre los jóvenes de distintas provincias de España y ofrecerles una común acción de esfuerzo y devoción mariana.

Del plan general de marcha merece destacarse especialmente los actos inaugurales en Montserrat, los provinciales de Tarragona en el monasterio de Poblet, los provinciales de Lérida en esta capital, los de Huesca, en Fraga, los de Zaragoza, en Bujaraloz y los de clausura en la Basílica del Pilar, en Zaragoza

Finalmente, es de destacar el alto honor que para la OJE ha supuesto se dignase aceptar el madrinazgo de esta marcha-peregrinación la excelentísima señora doña María Galilea de Muñoz Grandes, quien, junto a su esposo, el excelentísimo señor capitán general del Ejército, vicepresidente del Gobierno de la nación, en todo momento se han interesado por el desarrollo de la actividad.

En los actos de clausura en Zaragoza se ha rendido el merecidísimo y cariñoso homenaje de la Organzación a la madrina de la marcha, que personalmente tuvo la gentileza de presidirlos.
Fotografías que acompañaban el texto publicado en la revista Mástil

Fotogramas del vídeo






Veinte días de andadura y una Salve.

Texto publicado en la revista La Ballena Alegre

En Montserrat, hace muy pocos días, concretamente el 21 del pasado, se postraron a los pies de la Virgen 130 muchachos de la Organización Juvenil Española, para ofrecer a la Moreneta el homenaje de una marcha a pie hasta el Pilar de Zaragoza.

Allí hicieron promesa de peregrinos y, después de depositar, a los pies de la Virgen catalana, tierra de todas las provincias españolas, los muchachos emprendieron su largo recorrido de 347 km.

El delegado nacional de Juventudes pronunció unas palabras de ofrecimiento de la marcha a la Virgen de Montserrat: "Como recuerdo de nuestra visita queremos ofrendarte una arqueta con tierra de toda España traída por los peregrinos, y que quedará en el monolito que perpetúa esta Marcha, para dignificar que de por vida sus corazones quedan a los pies de la Moreneta. También queremos ofrecerte un Copón, al estilo de los que usamos en nuestros campamentos. En él, como un vaso fragante, queremos que quede el aroma de nuestra devoción hacia Ti. Bendícenos, Señora, nos ponemos bajo tu amparo y protección, sé nuestra compañera en la marcha, nuestro aliento en el cansancio, nuestra guía en las encrucijadas, nuestra defensa, nuestro consuelo, para que con tu protección, podamos alcanzar la meta de tu Santuario del Pilar a orillas del Ebro y, después, formar parte de tu Guardia de Honor en el cielo como caballeros de Santa María, que nos proclamamos en esta Peregrinación".

Trescientos cuarenta y siete kilómetros de tierra, de sol, de sed, de fuego en los pies y de Fe Mariana.

El recorrido por los pueblos de Cataluña y Aragón, cantando sardanas y jotas, y bulerías, folías, verdiales, muñeiras...

Rezando Avemarías y conviviendo con los pueblos de España, Igualada, Santa Coloma, Sarreal, Poblet, Borjas Blancas, Lérida, Alacarrás, Fraga, Candasnos, Bujaraloz, Casa Grande, Pina, El Burgos de Ebro, Zaragoza y la Virgen del Pilar.

Ni uno de los participantes ha sido vencido por la fatiga, nadie ha caído a consecuencia del desánimo. Todos, aunque sufrieran en su cuerpo las consecuencias del largo camino, han tenido el alma llena de aliento mariano que les ha hecho resistir. 

En las puertas de Zaragoza, en El Burgo de Ebro, casi ni durmieron los peregrinos. Estaban nerviosos en el campamento desde donde se divisaba, ya casi, las torres del Pilar.

Uno de ellos me dijo "No cambiaba yo hoy la mejor cama del mundo por este suelo, si ello me impidiera entrar mañana en la capilla de la Virgen, y estoy cansado, créame" Verdaderamente ninguno hubiera renunciado a postrarse ante el Pilar por nada, ni por nadie.

En Zaragoza esperaba la madrina de la Marcha, una María terrena, deliciosa por su sensibilidad y cariño a las cosas de España, doña María Galilea de Muñoz Grandes, que, son sus manos, hizo llegar a las manos celestiales de María Virgen, el manto que los 130 peregrinos ofrecieron a la Madre de Dios.

La esposa del vicepresidente del Gobierno, esperó a los peregrinos en Zaragoza y con ellos cantó una Salve a su excelsa Patrona. Una Salve, que muchos no pudieron cantar porque, no se puede. Fue una Salve aquélla, que la Virgen tuvo que escuchar complacida, una Salve sincera, una Salve que cantaron hombres recios, jóvenes idealistas. Sí, que aún quedan idealistas, gracias a Dios, en España.

Veinte días de andadura para cantar la Salve u ofrecer un manto azul a la Virgen del Pilar. 347 kilómetros, a pie, para postrarse de rodillas, mochila al hombro, para besar los pies de María. Tres semanas de polvo, sudor y sed, para demostrar a la Virgen un cariño y una devoción, y pedirle por la paz y la juventud del mundo.

Por eso un hombre, que no necesita elogios, un hombre que es capitán general del Ejército español, y que ha seguido la marcha-peregrinación día a día, dijo a los muchachos en un telegrama:

"Entusiasmado con vuestra marcha. Mientras esas Juventudes, que son lo mejor y más recio de nuestra Patria, conserven su formidable espíritu, España no morirá; escalará las más altas cumbres del honor y de la justicia. Un abrazo. Muñoz Grandes".

José Luis Navas


Para saber más: