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martes, 16 de febrero de 2016

El Albergue "Xifré"

Retazos de nuestra historia
Entrada principal al edificio desde el paseo de la Riera
Ver ortofoto con su ubicación


Por su cercanía a Barcelona, instalación y condiciones, el Albergue “Xifré” de Arenys de Mar era un lugar idóneo para todo tipo de actividades y reuniones, tanto oficiales como de carácter particular; en cuanto a las del primer tipo, la O.J.E. celebraba allí reuniones de trabajo, foros, encuentros, base de marchas de fin de semana;  pero también nos alojábamos en él para estancias playeras, especialmente en verano, comidas de camaradas o familiares, y, en fin, como un lugar de descanso y ocio en cualquier época del año.

El director del Albergue que todos conocimos era el recordado camarada Juan José Campuzano, Oficial Instructor, excombatiente, procedente de la OJ, de la primera promoción de Jefes de Campamento; su figura, paternal pero recta y exigente con las normas, era inseparable de las viejas paredes del Xifré, cuyos desperfectos causados por el tiempo y el escaso presupuesto siempre procuraba reparar, con la ayuda de Antonio, simpático andaluz, y de Salva, de idéntica procedencia regional; el equipo de cocina y de servicio era, mayoritariamente, del pueblo de Dos Hermanas, de Sevilla; recordamos, por su simpatía y atención, a Mary, a quien siempre reclamábamos algo más de la ración que nos tocaba.

El edificio con sus huertos
Otro atractivo del Xifré eran, claro, las alberguistas, turistas jóvenes de paso, a quienes encontrábamos monísimas, lo fueran o no. Suplíamos nuestro nulo conocimiento de los idiomas con sonrisas, gestos e invitaciones a ir a la discoteca Johnny por mímica.

Pero remontémonos un poco a la historia del edificio, que procedía de una donación del susodicho Xifré, prohombre barcelonés de mediados del siglo XIX y cuya sepultura se mantenía en una cripta bajo la capilla, lo que daba más que yuyu a muchos flechas y a algunos mayorzotes; la broma estaba servida: por la noche, se oían ruidos de cadenas, gemidos y suspiros, que procedían, sin lugar a dudar, del fantasma del pobre Xifré (a quien llamábamos conde sin ningún recato) o de los pobres esclavos emparedados…(Lo curioso es que lo que fue una broma típicamente campamental, se convirtió, no hace mucho, en el tema central del programa televisivo Cuarto Milenio. ¡Y no reclamamos derechos de autor!).
En los años en los que fue estación preventorial del Frente de Juventudes

Siguiendo con la historia real, el Xifré fue, en su origen, hospital, según idea del donante (de 1849 a 1866); luego, entre 1867 y 1926, fue Colegio de la Presentación, hasta que las monjitas francesas que lo regían levantaron su propio edificio al otro lado de la Riera; de 1940 a 1959 fue Estación Preventorial del Frente de Juventudes, donde se celebraban turnos con aquellos afiliados o encuadrados cuyo estado de salud no les permitía asistir a Campamentos al aire libre; hay que destacar que en 1950 se celebró aquí el IX Congreso Nacional del F. de J. A partir de 1960, la Delegación Nacional lo transformó en Albergue Juvenil, dentro de la YHA (Red Internacional) y, gracias a él, cobró fama el pueblo de Arenys en muchos lugares del mundo. En esta situación permaneció, soportando las borrascas de la Transición, durante la cual se desató una furiosa campaña (El Xifré per el poble), con profusión de calumnias, entre ellas la profanación (per els fascistes) de la tumba del fundador y donante (por cierto, la tajante actuación de Campuzano, que llevó a los lidercillos de la injuria a la cripta y los hizo sentar en torno al ataúd de Xifré cortó de raíz el bulo, pero no la campaña orquestada). Finalmente, en 1981 y hasta 1989, fue Instituto de secundaria, y, desde esa fecha hasta 1996, sede de los Juzgados provisionalmente; luego, Escuela Taller y sede de otros servicios municipales. Según noticias recientes, algunas mentes brillantes del pueblo han llegado a la conclusión… de que podría servir de Albergue Juvenil.

Afiliados de la OJE en el albergue "Xifré", en septiembre de 1974.
La OJE de Barcelona, como hemos dicho, era asidua del Albergue; recordamos infinidad de Cursos de Mandos, Dirigentes y Especialistas, especialmente en fechas de Navidad y Semana Santa; escenario del Foro provincial, de Cursos de proyección y en él presentó la Jefatura Central el Plan de Formación de los años 70.

Antiguamente (años 60 y principios de los 70), estaba rodeado de huertos, que colaboraban a la alimentación; más tarde, el Ayuntamiento reclamó los terrenos para edificar un Colegio. Desapareció, entonces, la Cruz de los Caídos, a la que se accedía por un cuidado sendero. El mástil, alto, metálico, resistió hasta que los embates políticos acabaron con lo que había sido una sede importante para nuestra Organización, y qué tantos buenos recuerdos nos dejó a los afiliados.


Manuel Parra Celaya.

Texto publicado en el boletín nº 167 de Trocha, de Febrero de 2016





Xifré, 
el prohombre 
barcelonés de 
mediados del 
siglo XIX 







El artífice de la construcción fue un personaje con grandes secretos a sus espaldas, Josep Xifré i Casas. Nació un 15 de octubre de 1777. A la edad de 21 años, y debido a los problemas económicos de su familia, decidió probar fortuna en las Américas y se embarcó en dirección a la Habana. Tras conseguir su propósito de prosperidad, el indiano volvió con una gran fortuna, y decidió construir un edificio para albergar un hospital y donarlo a su ciudad natal. Tal acción era muy común en la época como signo de hidalguía y para conseguir el respeto y el reconocimiento social. Así surgió el edificio que desde entonces lleva su nombre.