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domingo, 19 de junio de 2016

Garcilaso de la Vega

Galería de españoles ilustres



Garcilaso de la Vega (1503-1536) es uno de los muchos ejemplos de nuestra literatura de escritores-soldados (como Jorge Manrique, Cervantes, Cadalso y un largo etcétera), de los que supieron unir letras y armas, poesía y acción. 

Nació en Toledo y entró al servicio del Emperador Carlos, a cuyo lado combatió contra los Comuneros (bando en el que luchaba su propio hermano). Junto con su gran amigo Juan Boscán, barcelonés, luchó en Rodas y contra los franceses en Navarra. Casó, por razones de Palacio, con Elena de Zúñiga, pero su gran amor fue una dama portuguesa de la Reina, Isabel Freire, cuyo casamiento y posterior muerte al dar a luz, le sumió en una gran tristeza. Va a Italia con el Emperador, pero, por haber asistido a una boda no autorizada por este, es desterrado a una isla del Danubio; perdonado, reside un tiempo en Nápoles. De nuevo luchó en Túnez, de donde salió herido; finalmente, luchando en Francia, murió en el asalto a la fortaleza de Muy, en Provenza, ante los ojos de su Emperador. Sus últimos momentos los pasó atendido por otro militar, su amigo el Marqués de Lombay, que luego sería San Francisco de Borja.

Junto con su amigo Garcilaso, tiene el mérito de haber introducido en España las formas poéticas del Renacimiento italiano, adecuando el endecasílabo, en sonetos, silvas y otras estrofas hasta aquel momento no usadas; el tema amoroso es el predilecto de Garcilaso, así como la expresión de la naturaleza clásica; su elegante sobriedad se une a la musicalidad de sus versos y a la ternura de los sentimientos que expresa. Es uno de los principales poetas de nuestro Imperio.

A su muerte, la viuda de Juan Boscán editó sus obras junto a los de su amigo también fallecido.


Aquí nos limitamos a insertar uno de sus mejores sonetos, el número V, que expresa la absoluta interiorización de la pasión amorosa:

Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo
Vos sola lo escribistes, yo lo leo,
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto,

que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;

mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;

por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.






Mario Vargas Llosa. Inca Garcilaso de la Vega: 
400 años de los comentarios reales de los Incas
Soneto V - Garcilaso de la Vega
El actor y académico José Luiz Gómez declama el poema en la presentación de 'Fonética y fonología' en la sede de la RAE.