Rasgos de nuestro estilo
Perseverar y conservar frescas en la memoria, cada mañana, las anteriores afirmaciones, para sentirme activo en el seno de la Organización Juvenil Española.
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Hay otras muchas maneras de sentirse activo, de que exista una correspondencia entre lo que decimos pensar y lo que hacemos.
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Así reza el último punto de la Promesa, compendio y resumen de todos los previos. No es solo una exigencia para el flecha en su aljaba, para el arquero en su actividad, para el cadete o el guía entre sus iguales; es un acicate para toda la vida de un ser humano, y, por supuesto, para los veteranos.
A nuestra edad y en las circunstancias físicas, familiares, sociales o económicas de cada uno, no nos podemos plantear lo que llamaríamos actitud de afiliado: actividades constantes, movilidad y juego sin descanso, asistencia diaria al Hogar, exigencia de uniformidad externa permanente, disciplina a unos mandos… Pero hay otras muchas maneras de sentirse activo, de que exista una correspondencia entre lo que decimos pensar y lo que hacemos. Y estas maneras y modos van desde interesarse por lo que ocurre en nuestro entorno, defender unos valores, afirmarnos públicamente en lo religioso y en lo nacional y participar en la res pública, hasta la comparecencia ilusionada en las actividades de nuestro grupo de hermandad, el afán por la formación permanente y la alegría exterior e interior. Por el contrario, la vida muelle, la pasividad, el aislamiento, la pereza mental o física, la abulia… incumplen escandalosamente el onceno punto de nuestra Promesa. No es por nada…. |
Texto publicado en el boletín nº 168 de Trocha, de Marzo de 2016
La viñeta superior es una adaptación de otra del "Manual del acampado" Editorial Doncel - 1968.
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