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lunes, 7 de marzo de 2016

Sentirse activo

Rasgos de nuestro estilo

Perseverar y conservar frescas en la memoria, cada mañana, las anteriores afirmaciones, para sentirme activo en el seno de la Organización Juvenil Española.


Hay otras muchas maneras de sentirse activo, de que exista una correspondencia entre lo que decimos pensar y lo que hacemos.

Así reza el último punto de la Promesa, compendio y resumen de todos los previos. No es solo una exigencia para el flecha en su aljaba, para el arquero en su actividad, para el cadete o el guía entre sus iguales; es un acicate para toda la vida de un ser humano, y, por supuesto, para los veteranos.

A nuestra edad y en las circunstancias físicas, familiares, sociales o económicas de cada uno, no nos podemos plantear lo que llamaríamos actitud de afiliado: actividades constantes, movilidad y juego sin descanso, asistencia diaria al Hogar, exigencia de uniformidad externa permanente, disciplina a unos mandos… Pero hay otras muchas maneras de sentirse activo, de que exista una correspondencia entre lo que decimos pensar y lo que hacemos.

Y estas maneras y modos van desde interesarse por lo que ocurre en nuestro entorno, defender unos valores, afirmarnos públicamente en lo religioso y en lo nacional y participar en la res pública, hasta la comparecencia ilusionada en las actividades de nuestro grupo de hermandad, el afán por la formación permanente y la alegría exterior e interior.

Por el contrario, la vida muelle, la pasividad, el aislamiento, la pereza mental o física, la abulia… incumplen escandalosamente el onceno punto de nuestra Promesa. No es por nada….

Texto publicado en el boletín nº 168 de Trocha, de Marzo de 2016

La viñeta superior es una adaptación de otra del "Manual del acampado" Editorial Doncel - 1968.

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Sección "Rasgos de nuestro estilo"

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